En el día de hoy, el RCDE Stadium se prepara para un partido que promete fútbol del bueno. El RCD Espanyol y el Elche CF llegan separados por apenas un punto en la clasificación, mirándose de reojo en una zona donde empieza a no haber margen de fallo. Un duelo directo, de esos que valen más que tres puntos, porque marcan tendencia y miden ambición.
Un Espanyol que quiere seguir creciendo
Los de Manolo González afrontan la cita con la convicción de que ganar en casa es una obligación si quieren seguir luchando por los puestos de arriba. El técnico lo dejó claro en la previa: “Competiremos por los tres puntos que deben ganarse”.
El equipo llega con buenas sensaciones colectivas, aunque con la exigencia de mantener la concentración durante los noventa minutos. El público, que ha vuelto a ilusionarse con el proyecto, será clave en este partido, que hará de un encuentro normal, una fiesta tras el aniversario del RCD Espanyol.
Un Elche que no renuncia a nada
Enfrente, un Elche CF que ha recuperado el pulso competitivo bajo la dirección de Eder Sarabia. El técnico ha insistido en la cohesión del grupo: “Estamos fuertes, unidos y muy convencidos”. La palabra “equipo” suena con fuerza en el vestuario franjiverde, donde se respira un aire de revancha deportiva y ganas de demostrar que su techo está lejos de alcanzarse.
Algunos jugadores regresan a un campo que conocen bien, lo que añade un componente emocional a un partido ya de por sí intenso.
