El Real Madrid defiende un récord que dura desde 2019

Tras el derrumbe en el derbi, los blancos se enfrentan al Villarreal para evitar dos derrotas consecutivas en LaLiga, algo que no sucede desde hace seis años.
Jugadores del Real Madrid celebrando un gol / Via: X @realmadrid

El Real Madrid regresa al Santiago Bernabéu con un objetivo claro, borrar el 5-2 encajado en el Metropolitano y proteger un dato que define su grandeza. Desde hace seis años, concretamente desde mayo 2019, los blancos no pierden dos partidos seguidos en LaLiga. Una constancia que refleja la mentalidad ganadora del club más laureado del mundo y que esta noche volverá a ponerse a prueba frente a un Villarreal en pleno ascenso.

El conjunto de Xabi Alonso llega a esta cita tras nueve victorias en diez partidos oficiales. Un arranque de temporada casi perfecto que solo el derbi madrileño logró manchar. Entre semana, la goleada por 5-0 en Almaty devolvió confianza y ritmo competitivo: un hat-trick de Mbappé, que suma ya 13 goles, reafirmó el dominio de un equipo que respondió como un gigante herido. Pero LaLiga no concede tregua, y el regreso al Bernabéu ante el Submarino Amarillo vale más que tres puntos. Es una cuestión de continuidad, orgullo y memoria.

El rival no invita a relajarse. “Necesitamos dar un gran nivel porque es un partido importante”, advirtió Xabi Alonso en la previa. El Villarreal, dirigido por Marcelino, ocupa el tercer puesto y aterriza en Madrid con tres victorias consecutivas en el campeonato. Posee la mejor defensa del torneo (empatado con el Barcelona) y viene de empatar 2-2 ante la Juventus en Champions, una muestra de su solidez y madurez competitiva.

Los antecedentes favorecen al Madrid, invicto en los últimos cuatro enfrentamientos directos (tres victorias y un empate) y con cinco triunfos en los últimos siete duelos ante el Villarreal en el Bernabéu.

Desde la llegada de Xabi Alonso, el Madrid ha encontrado un fútbol más fluido, asociativo y vertical. La conexión entre Mbappé y Arda Güler se ha convertido en el epicentro de la temporada: ambos han participado directamente en 16 de los 23 goles del equipo en este arranque, una sociedad que mezcla vértigo y precisión.

La derrota en el derbi, sin embargo, expuso ciertos límites. Momentos de desconcentración, debilidad en las transiciones y una defensa que sufre ante ataques directos. Aspectos que el Villarreal intentará explotar. El Bernabéu, donde el Real ha ganado todos sus partidos de la temporada, se prepara para una noche de examen. Vencer significaría cerrar el círculo: ocho triunfos seguidos en casa y, al menos de forma provisional, recuperar el liderato tras el sorpasso del Barcelona.

Hay que retroceder a la primavera de 2019 para encontrar la última vez que el Real Madrid perdió dos encuentros consecutivos en LaLiga. Fue el cierre de una temporada convulsa, la 2018/19, recordada como una de las más difíciles del siglo. Tras tres Champions seguidas, el club se hundió en un vacío de identidad, marcado por tres entrenadores, Lopetegui, Solari y Zidane, y un vestuario desgastado, sin Cristiano Ronaldo y con el ciclo glorioso agotado.

En aquel tramo final, el Madrid apenas sumó una victoria en las últimas cinco jornadas, con tres derrotas y un empate. El punto crítico llegó entre el 12 y el 19 de mayo: primero, la caída en San Sebastián ante la Real Sociedad (3-1); una semana después, el desplome en el Bernabéu frente al Betis (0-2). Loren y Jesé marcaron los goles del Betis mientras el estadio despedía con aplausos a Keylor Navas, profesional hasta el final, y veía en el banquillo a Gareth Bale, símbolo de un final de ciclo.

Zidane, recién regresado para iniciar la reconstrucción, cerró el curso con un balance severo: 68 puntos, 12 derrotas y un tercer puesto, el peor registro liguero del club en una década. Desde entonces, los blancos no han vuelto a encadenar dos derrotas consecutivas en el campeonato, una resistencia que se ha convertido en marca de identidad.

Seis años después, el Real Madrid vuelve a situarse ante una noche de verificación. El contexto es muy distinto al de 2019. Hoy el club dispone de una estructura sólida, un vestuario equilibrado y un ataque en plena efervescencia.

Sin embargo, la exigencia sigue siendo la misma. En el Bernabéu no hay espacio para la complacencia ni para la duda. El Villarreal llega con confianza y argumentos. El Real, con historia y obligación. La respuesta, como siempre, se escribirá sobre el césped esta noche.

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