Esta noche se verán las caras Real Madrid y FC Barcelona en una final de la Copa del Rey. 11 años han pasado desde la última vez que estuvimos ante este escenario en el que estos dos colosos del fútbol español se midieron en una final copera fue el 20 de abril de 2014, en Mestalla, un partido icónico que culminó con la victoria del Real Madrid por 2-1.
Aquel duelo quedó marcado en la memoria por la espectacular carrera de Gareth Bale, que en el minuto 85 anotó el gol definitivo tras superar a Marc Bartra en velocidad y definición. Ese tanto no solo aseguró el título para el equipo de Carlo Ancelotti, sino que también consolidó el estatus del galés como uno de los protagonistas de la última década en el conjunto blanco.
Año 2011: El inicio de una rivalidad en finales
Antes de la final de 2014, ambos equipos ya habían protagonizado un intenso duelo en Mestalla en 2011. En aquella ocasión, un cabezazo de Cristiano Ronaldo en la prórroga sentenció el partido a favor del Real Madrid, que rompió con una sequía de títulos coperos que se extendía desde 1993. Fue una noche cargada de tensión, propia de la rivalidad entre José Mourinho y Pep Guardiola.
Esas dos finales han quedado como hitos en la historia reciente de la Copa del Rey, especialmente para el Real Madrid, que ha ganado sus dos últimas finales contra el Barcelona. Los azulgranas, por su parte, dominan el palmarés global del torneo con 31 títulos, pero no han logrado doblegar a los blancos en este escenario desde hace más de una década.
La Cartuja, un nuevo escenario para el clásico
Este año, el Estadio de La Cartuja, en Sevilla, será el escenario de una nueva batalla entre los eternos rivales. Para el Real Madrid, liderado por jugadores como Vinicius Jr y un Mbappé, quien llega entre algodones, es una oportunidad de añadir otro título a su ya impresionante vitrina. Por el otro lado, el Barcelona de Flick llega con la moral por las nubes después de haber pasado como un rodillo frente al club blanco en los dos clásicos de esta temporada. Con un Pedri y Lamine Yamal confiados de poder dar la estaca final a Ancelotti.
Más allá de las estadísticas y las alineaciones, este enfrentamiento promete ser un espectáculo que captará la atención del mundo entero. Con estilos de juego distintos pero igualmente efectivos, ambos equipos buscarán imponer su filosofía en el campo y levantar el trofeo al final de la noche.
