Siempre es una alegría ver a un jugador volver a recuperar la sonrisa por jugar al fútbol. Álvaro Odriozola es el ejemplo más reciente de ello; anoche volvió a sumar una titularidad después de mucho tiempo. De no contar para Sergio Francisco a ser el goleador contra el FC Barcelona, el lateral donostiarra ha conseguido rehacerse después de unos años muy duros para él como futbolista profesional: “He estado en el infierno”, así catalogaba Odriozola el tormento que han sufrido él y sus familiares más cercanos.
💙 La emoción de un jugador que vuelve a sentirse futbolista.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) September 28, 2025
"Vengo de una etapa muy dura. Lo he pasado muy mal, no podía ayudar al equipo''. #LALIGAEASPORTS #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/PjqCSPYuD3
¿Cómo ha llegado hasta aquí?
Y es que la carrera de Álvaro Odriozola no ha sido nada fácil. En 2015, un joven lateral empezaba a despuntar en las categorías inferiores de la Real; muy pronto vieron su gran nivel y en 2017 decidieron subirlo al primer equipo. Tan solo una temporada necesitó en Primera División para, no solo hacerse con el puesto de titular, sino también llamar la atención de los grandes equipos de Europa. Más concretamente la del Real Madrid, que desembolsó 30 millones por el joven lateral donostiarra, un jugador muy rápido y, aunque algo bajito, con una gran presencia en ataque.
Tras dos temporadas como suplente en el club de la capital, encadenó varias cesiones a la Fiorentina y al Bayern de Múnich; en este último consiguió una de sus Champions, aunque disputando muy pocos minutos. Y después de unos años de idas y venidas y de muy poca participación, acabó saliendo traspasado al club de donde salió, la Real Sociedad, donde tampoco ha contado con apenas minutos.
Una recompensa más que merecida
Pero el fútbol también es justo de vez en cuando y, por suerte o por desgracia, las molestias de rodilla de Aramburu en el calentamiento previo al partido dieron paso a que Odriozola se colara en el once titular de la Real después de mucho tiempo. Ahí se pudo ver el trabajo del jugador todos estos meses, que afirma que se ha dejado la piel entrenando en Zubieta y al final obtuvo su recompensa: titularidad y gol, aunque con un sabor agridulce por la derrota, pero feliz porque, por fin, vuelve a sentirse futbolista.






