Cuando el gol apareció a tiempo

La Real Sociedad 2025 y los nombres propios que decidieron partidos cuando el margen era mínimo

La Real Sociedad no construyó su temporada 2025 alrededor de un goleador total, sino desde una certeza más compleja: siempre hubo alguien capaz de aparecer cuando el partido lo exigía. Goles antes del descanso, tantos en el último suspiro y llegadas desde segunda línea explican un curso en el que el impacto del gol pesó más que el volumen.

La Real Sociedad 2025 no se sostuvo en un único artillero, sino en una red de goleadores puntuales, capaces de aparecer en los momentos de máxima exigencia. Una fórmula menos vistosa, pero decisiva para entender la competitividad del equipo durante todo el curso.

Kubo volvió a ejercer como principal foco ofensivo de la Real, especialmente en encuentros cerrados. Sus goles no destacaron solo por la ejecución, sino por el contexto en el que llegaron. El tanto ante el Levante UD (45+1’) resumió su impacto: acción individual, lectura del momento y golpe psicológico justo antes del descanso.

Más allá de las cifras, el japonés fue el jugador al que el equipo recurrió cuando el partido pedía algo diferente. En una Real de posesiones largas y ritmo controlado, Kubo aportó imprevisibilidad, una virtud que explica su peso real como máximo goleador del curso.

Si hubo un futbolista que personificó la fe de esta Real hasta el final, ese fue Pablo Marín. Su gol en el 90+6’ frente al CD Eldense fue uno de los instantes más simbólicos de la temporada. No solo decidió el partido, sino que reforzó una identidad: la Real no se rinde.

Marín no lideró la tabla de goleadores, pero sus tantos llegaron cuando el margen era mínimo. Apariciones tardías, lectura del espacio y sangre fría en el área rival lo convirtieron en un recurso inesperado pero decisivo.

La aportación de Luka Sučić explicó otra de las claves ofensivas del curso: el gol también podía llegar desde el centro del campo. Su tanto en el minuto 79 ante el Eldense, en un contexto de tensión y urgencia, fue una muestra de su capacidad para aparecer cuando el partido se rompe.

Sučić aportó equilibrio y llegada, ampliando el abanico ofensivo del equipo y evitando que el peso del gol recayera siempre en los mismos nombres.

La Real Sociedad 2025 construyó su peligro desde la responsabilidad compartida. Extremos, interiores y jugadores de segunda línea asumieron protagonismo en diferentes tramos de la temporada. Esta diversidad ofensiva impidió que los rivales neutralizaran al equipo con una sola marca o ajuste táctico.

El balance deja una lectura clara: la Real no tuvo un goleador absoluto, pero sí goles de enorme valor competitivo. Tantos que cambiaron partidos, sostuvieron dinámicas y mantuvieron al equipo en la pelea cuando el contexto era adverso. En una temporada marcada por la igualdad, ese detalle fue diferencial.

Compartir:

Últimas Noticias

Opiniones