Miembro de una extensa familia de catorce hijos y entrenador desde el año 2000. Este es Renato Gaucho, entrenador de Fluminense, que en su etapa como jugador acaparó miles de focos tanto en el plano deportivo como extradeportivo. En su etapa como futbolista deslumbró en Gremio de Porto Alegre, donde incluso le llegaron a comparar con el mítico Garrincha. En su etapa en Roma se le tachaba de borracho por llegar en aparente estado de embriaguez a los entrenos. Incluso, una portada de un diario brasileño destacó su frase de que se había llegado a acostar con más de 5.000 mujeres. Un hombre que le gustaba estar en el centro de todas las miradas.
En toda su carrera como jugador disputó más de 650 partidos, anotando 272 tantos. Queda en el recuerdo de muchos su no convocatoria para el Mundial de 1986 que albergó México. Esto se debía a que el seleccionador se dio cuenta de que volvió a la concentración borracho y con signos de estar en mal estado. Le castigó sin incluirle en la lista definitiva de jugadores convocados para aquel Mundial. El último partido de Renato como profesional fue en 1993 ante México precisamente. Su carrera como técnico empezó siete años más tarde, en el 2000 y su gran hito en los banquillos fue cuando alcanzó la final de la Copa Libertadores en 2008.
Un dato curioso sobre Gaucho es que Gremio le construyó una estatua en su honor por su dedicación e hitos tanto en su faceta de jugador como entrenador. Un técnico curioso en muchos aspectos, desde sus juegos con la bebida y las mujeres hasta su reciente eliminación del subcampeón de Europa. Este Mundial de Clubes no deja de sorprendernos ni dejarnos indiferentes a ninguno. Ahora tiene la ocasión de seguir dejando anécdotas y escribir una nueva página, esta vez en el fútbol mundial.
