El Stadio Olimpico de Roma acogió uno de los partidos con más expectación de la ronda de octavos de final de la Europa League. El Athletic Club llegaba a la capital italiana con la ilusión de prolongar su buen hacer en la competición continental y obtener un resultado favorable de cara al partido de vuelta en San Mamés. Por su parte, la Roma de Claudio Ranieri quería hacer del Olímpico una pesadilla para los leones y conseguir una ventaja en el marcador global.
Una primera mitad calmada
En el primer tiempo, ambos conjuntos se mostraron precavidos, quizá con un exceso de respeto hacia al rival combinado con el temor a cometer un error que decidiese el choque. El partido tuvo poco ritmo en este tramo donde las interrupciones eran continuas y los brotes de calidad se veían a cuentagotas.
El Athletic se mantuvo bien plantado, dejando pocas opciones a la Roma a nivel ofensivo. Los locales, encontraron situaciones peligrosas a través de su mejor jugador, Dybala. El argentino detectó a la perfección la parcela donde podía generar más daño a la defensa rojiblanca y cuando este recibía entre Yuri y Yeray pudo generar alguna ocasión de peligro. Los leones no anduvieron finos con balón. El juego directo a Sannadi se mostró una herramienta útil para facilitar las combinaciones y generar ventajas a través de sus dejadas.

Roma y Athletic tuvieron sus opciones
En la segunda mitad, con el tempranero gol de Iñaki Williams a la salida de un córner, el guion del partido cambió por completo. El peso del centro del campo decayó de manera notable y las transiciones de ambos equipos comenzaron a florecer. En este contexto de fútbol frenético la Roma encontró el empate a través de Angeliño. El carrilero gallego logró rematar un centro raso con su pie derecho que batió a Julen tras tocar el poste derecho de la portería.
El partido dio paso a un intervalo donde parecía que cualquiera de los dos podría llevarse la victoria. Sim embargo, en el minuto 85 Yeray Álvarez vio la segunda amarilla y dejó a su equipo en inferioridad numérica en el tramo final. Con un jugador más, la Roma fue capaz de someter al Athletic encerrándolo en campo propio y sin dar opciones de poder salir en algún contrataque.
Cuando parecía que el partido acabaría con un empate, el partido dejó su último coletazo en la última jugada. Corría el minuto 93 cuando el recién ingresado Shomurodov remató un balón en el corazón del área y batió al portero rojiblanco con un disparo ajustado. El partido finalizó con un 2-1 que obliga al Athletic a remontar en San Mamés. El propio Valverde ha pedido a sus aficionados en rueda de prensa que precisan de toda su ayuda para poder darle un giro de 180 grados a la eliminatoria.
