El Tottenham sufrió una dura derrota en su visita al Parque de los Príncipes, donde cayó 5-3 ante un PSG que acabó imponiendo su pegada y su superioridad en el juego. El conjunto dirigido por Thomas Frank mostró una primera parte valiente, atrevida y efectiva, llegando incluso a adelantarse en el marcador. Pero el segundo tiempo se convirtió en un torbellino parisino imposible de contener.
Los Spurs, que venían mostrando una mejoría notable en Premier League, llegaban a Francia con confianza y con la amenaza ofensiva que caracteriza a jugadores como Richarlison, Kolo Muani o un Micky van de Ven cuya zancada está siendo arma recurrente en este inicio de curso. Durante la primera media hora, el Tottenham apretó alto, robó en zonas peligrosas y empezó marcanado hasta silenciar por momentos a la afición parisina.
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— Tottenham Hotspur (@Spurs_ES) November 26, 2025
El Tottenham golpea primero, pero el PSG desata el huracán
El encuentro comenzó de forma inmejorable para los ingleses: una transición rápida, conducida con potencia, terminó con el 0-1 que dejaba helado al estadio francés. El Tottenham seguía amenazando y daba sensación de control, pero el PSG reaccionó antes del descanso para empatar.
Pero si hubo un nombre propio en la noche francesa, fue el de Vitinha. El centrocampista portugués completó un partido extraordinario, probablemente uno de los mejores en su carrera, en el que marcó tres goles y comandó la remontada parisina.
El Tottenham, pese a intentarlo y anotar dos goles más en un intento desesperado por engancharse al partido, nunca logró frenar la avalancha francesa. La diferencia de ritmo y contundencia marcó el resultado final.
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Un vendaval en la segunda parte que arrolló a los Spurs
La segunda mitad fue un torbellino. El PSG pasó por encima del Tottenham, desbordando en oleadas y convirtiendo el partido en un monólogo ofensivo. A los londinenses se les notó la falta de control y fortaleza atrás, algo que el equipo francés aprovechó sin compasión.
Aunque los Spurs maquillaron el marcador con dos goles más, la sensación fue clara: el Tottenham no pudo frenar a un PSG lanzado, eléctrico y con una confianza total. Para el Tottenham, la derrota deja un mensaje claro: hay talento, hay goles, pero falta solidez y temple en escenarios de máxima exigencia. Thomas Frank deberá ajustar muchas piezas si quiere competir de verdad en Europa.
Para el PSG, en cambio, la noche fue una fiesta. Recuperaron sensaciones, firmaron una actuación dominante y, sobre todo, disfrutaron de un Vitinha que jugó como una superestrella. Si mantiene este nivel, el techo del equipo parisino puede estar muy, muy arriba.






