Un Everest azulgrana con un calendario límite

El calendario del Barça se aprieta con tres partidos clave: final de Copa del Rey ante el Real Madrid y doble duelo ante el Inter por un billete a la final de Champions.

La primavera trae altas temperaturas… y un calendario en llamas para el FC Barcelona. En apenas diez días, el equipo de Flick se juega buena parte de la temporada con tres partidos de máxima exigencia. El primero, el sábado 27 de abril, será la final de la Copa del Rey frente al Real Madrid, un Clásico de alto voltaje que puede decidir quién levanta el primer título doméstico del año. Y justo después, el Barça tendrá que afrontar una doble cita con el Inter de Milán en las semifinales de la Champions League, que definirá si el sueño europeo sigue vivo o se esfuma. El equipo llega en un momento de forma irregular, con dudas defensivas pero con la pólvora arriba encendida. Será un tour de force que pondrá a prueba la solidez del grupo y su ambición por conquistar títulos.

El próximo sábado, el Estadio de La Cartuja acogerá una final con aroma a vendetta. El Barça y el Madrid volverán a medirse en un Clásico que promete emociones fuertes. Flick buscará su segundo título como entrenador azulgrana ante un Real Madrid que llega dubitativo. El precedente más reciente, en Liga, acabó acabó en goleada para los blaugranas y el Madrid buscará revancha. Para el Barça, levantar la Copa significaría un golpe moral antes de la batalla europea. Para el Madrid, reafirmarse como el rival a batir. El calendario del Barça no da tregua, y esta final puede marcar el tono de lo que viene.

Cuatro días después del Clásico, el Barcelona recibirá en Montjuïc al Inter de Milán para disputar el partido de ida de las semifinales de la Champions. Los italianos, con Lautaro Martínez y Barella como referentes, llegan tras eliminar al Bayern de Munich y al Feyenoord, y son considerados uno de los equipos más sólidos de la competición. El partido de vuelta será en San Siro el 6 de mayo, un templo donde los culés deberán resistir la presión si quieren alcanzar su primera final europea desde 2015. La exigencia es máxima: tres partidos en once días, dos rivales temibles y una afición que sueña con recuperar la gloria europea. El calendario del Barça, sin duda, se convierte en un viaje sin red.

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