El Manchester United de Rúben Amorim tiene varios de los registros más negativos en la historia del club. Tan solo cuenta con un 36.17% de partidos ganados en la Premier League. Una marca que representa el porcentaje más bajo de victorias de cualquier entrenador permanente con los ‘Red Devils’ desde la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, con tan solo cuatro puntos en las primeras cuatro jornadas, los del portugués han marcado su peor inicio desde la temporada 1992/93. A pesar de todo ello, el luso llegó lleno de una confianza sin fondo a la rueda de prensa y afirmó que sigue fiel a sus ideas: “No cambiaré mi filosofía. Si ellos (INEOS) quieren cambiarla, hay que cambiar al hombre”.
Desde Inglaterra informan que el club quiere ser paciente y darle tiempo para pueda darle un vuelco a este mal inicio. Pero la sensación de los aficionados en Old Trafford es que mientras más tiempo pase, más difícil será poder salvar la temporada. Un pensamiento lógico, teniendo en cuenta que, desde la llegada de Amorim, el Manchester United es el equipo que menos puntos ha conseguido en la Premier League, tan solo 31.
Además, el ex del Sporting de Lisboa acumula 20 derrotas en sus 47 encuentros en todas las competiciones. Aun así, su compromiso no está en tela de juicio: “Haré todo lo posible hasta que me vaya. Tengo muchas ganas de ganar partidos. Estoy sufriendo más (que la afición)”.
Since MD12 of 2024-25 (Ruben Amorim's first game in charge of Man Utd), no ever-present Premier League team have performed worse than Manchester United (31 points from 31 games, -13 goal difference). pic.twitter.com/QSpz88PyEG
— Opta Analyst (@OptaAnalyst) September 14, 2025
Los fallos en el sistema del United de Amorim
Rúben Amorim sigue empeñado en un 3-4-3 que no está obteniendo resultados. Porque a nivel defensivo es fácil de explotar. Sobre todo, porque no cuentan con la solidez necesaria para poder mantenerlo. Pero también, porque en ataque son bastante predecibles y no logran sacarle provecho a sus delanteros.
Sobre el papel, los fichajes de Matheus Cunha, Benjamin Šeško y Bryan Mbeumo tenían que ofrecer una mejora instantánea al United. Pero a excepción de las sensaciones en el primer partido contra el Arsenal, donde el brasileño y el camerunés mostraron destellos, no han podido darle un empujón al equipo. Principalmente, porque no han conseguido colocarlos en situaciones de ventaja. Sin embargo, el bajo nivel del conjunto también es responsabilidad de los jugadores.

En los cuatro encuentros que han disputado los ‘Red Devils’, Mbeumo, Cunha, Zirkzee, Šeško y Amad Diallo solo han acumulado 4.5 goles esperados (xG). Pero es que de esas ocasiones solo han marcado un gol, de Mbeumo contra el Burnley. Por su lado, el United de Amorim está sumido en una crisis de creatividad. Bruno Fernandes ha tenido un inicio complicado de la temporada. Mason Mount ha mejorado, pero sigue sin dar un paso definitivo. Mientras que Casemiro y Ugarte no son futbolistas de creación.
Todo ello también es responsabilidad de un esquema que no explota las fortalezas de sus jugadores. El gran ejemplo de ello es Patrick Dorgu, que se ha visto forzado a cumplir con un rol ofensivo para el que no está preparado. En el derbi contra el Manchester City, fue el jugador que tuvo más toques de balón en el área rival, con 12. Por encima de futbolistas más capacitados para ello, como Bryan Mbeumo (con 9) y Bruno Fernandes (con 0).
Lo preocupante es que no es una estadística ajena al resto de disputas. En lo que va de curso, Dorgu es el cuarto jugador del equipo con más toques en el último tercio del campo. Pero es que a su vez es el futbolista del club que más veces ha encarado para superar a un rival con un drible, en 9 ocasiones. Cuando nunca ha destacado por su regate. Esto no es un crítica al defensor danés, que ha sido de lo más destacado en defensa para el United, sino al sistema por exponer sus debilidades y no potenciar sus puntos fuertes.
El equipo necesita sintonía
Un equipo con las aspiraciones de los ‘Red Devils’ no puede conceder nueve goles en cinco partidos (en todas las competiciones). El Manchester United de Amorim no tiene ni una idea, ni una ejecución clara en los momentos de presión.
Es cierto que a nivel defensivo han mejorado en comparación a la era Ten Hag. Pero es que a este equipo le cuesta una barbaridad verse por detrás en el marcador. Porque el propio sistema no lo ayuda. El 5-3-2 en defensa se ve superado y, sobre todo, con líneas muy separadas cuando tienen que presionar a un equipo que sale desde atrás con el balón.

Pero es que ellos mismo presentan todavía más fallos en la construcción de la jugada, cuando están en una situación límite. La imagen superior muestra a cinco jugadores para sobrepasar a dos rivales, con un Diogo Dalot completamente abierto y aislado en la banda izquierda. Todo esto en una situación en la que el Manchester United estaba empatando a dos frente al Burnley en Old Trafford.

Tampoco es una cuestión de un solo partido. En el derbi ante el City de Guardiola, encajaron rápidamente tras una mala secuencia de pases en la que Ugarte, Luke Shaw y Maguire encadenaron errores para dejar a Haaland con un cómodo mano a mano. Una jugada que selló el 3-0 definitivo. Por lo que ya no solo es una cuestión de que los jugadores encajen con la filosofía de Rubén Amorim. Se trata de que el portugués encaje con los jugadores y, principalmente, con la cultura de un club lleno de historia y acostumbrado a la grandeza.