El Real Madrid no contempla, ni a corto ni a medio plazo, una salida de Franco Mastantuono. El futuro del joven talento argentino sigue ligado al club blanco, que ha rechazado de manera tajante los primeros sondeos llegados desde Europa. Entre ellos, el del Nápoles, que se interesó por una posible cesión del futbolista. No hubo negociación ni oferta formal.
En Valdebebas consideran a Mastantuono una pieza estratégica del proyecto. La confianza en su proyección es absoluta y la inversión realizada el pasado verano, superior a los 60 millones de euros, confirma la magnitud de la apuesta. El club se adelantó, además, a un competidor directo como el Paris Saint-Germain, convencido de que el argentino representa presente y futuro.
Su adaptación al fútbol europeo fue inmediata. En apenas dos jornadas logró hacerse un sitio en los planes de Xabi Alonso y poco después escribió su nombre en la historia del club al convertirse en el segundo jugador más joven en debutar con el Real Madrid en la Champions League. Su personalidad, descaro y naturalidad sobre el césped le abrieron las puertas del once con rapidez.
Ese impacto precoz tuvo continuidad con su primer gol en Liga, ante el Levante, que le situó como el cuarto goleador más joven del club en la competición, con 18 años y 40 días. Su importancia era tal que el Real Madrid decidió retenerle y no permitir su presencia en el Mundial sub-20 de octubre. Argentina alcanzó la final, pero lo hizo sin su mayor promesa.
Una pubalgia que obligó a parar
El crecimiento se vio interrumpido el 3 de noviembre, cuando una pubalgia obligó a Mastantuono a frenar en seco. Una lesión compleja, de recuperación lenta y exigente, que requiere una gestión cuidadosa. Desde entonces, su participación ha sido limitada, aunque en el club transmiten optimismo: las sensaciones mejoran y el proceso avanza con prudencia para evitar recaídas.
El inicio de 2026 se presenta como un punto de inflexión. Mastantuono quiere consolidarse, completar su adaptación y empezar a aportar con regularidad. En el horizonte aparecen retos mayúsculos: la Finalissima ante España y, en verano, el Mundial con Argentina.
