El Inter Miami fue arrollado 0-4 por el PSG en el Mercedes-Benz Stadium y Lionel Messi, abatido y sin reacción, podría haber jugado uno de sus últimos partidos en el club. Su futuro, entre Rosario, Miami y el Mundial 2026.
El encuentro tenía su morbo. Lionel Messi, de regreso en un gran escenario internacional, enfrentaba a su viejo némesis europeo con una camiseta rosa y la cinta de capitán. Pero la realidad fue mucho más cruda. El Inter Miami fue barrido del Mundial de Clubes por el París Saint-Germain (0-4) en un Mercedes-Benz Stadium que acabó en silencio. Y Messi, perdido entre piernas más jóvenes y transiciones imposibles, abandonó el césped con un gesto que lo decía todo: esto puede haberse acabado.
Una goleada que retumba en su legado
El PSG, desactivó al equipo del argentino desde el minuto uno. Ni Suárez, ni Busquets, ni Jordi Alba —el viejo clan del Barça— pudieron frenar la tormenta francesa. Y Messi, sin socios y sin chispa, se vio reducido a una sombra en mitad del vendaval.
El resultado fue inapelable, pero lo que dejó en el aire fue mucho más inquietante: ¿estamos viendo el ocaso competitivo de Leo Messi?.
Un contrato que expira… y un sueño que se diluye
El contrato de Messi con Inter Miami finaliza en diciembre de 2025. El club insiste en su renovación hasta 2026 para que el argentino lidere la apertura del flamante Freedom Park Stadium y dispute su sexto Mundial desde casa. Pero los rumores de un retorno romántico a Newell’s Old Boys no dejan de sonar con fuerza en Rosario… ni en su propio círculo.
Miami, Rosario o retiro: el triángulo del desenlace
El plan original era sencillo: terminar contrato en Miami, llegar rodado a la Copa del Mundo 2026, despedirse en casa. Pero los tiempos parecen acelerarse. En Argentina, medios como Olé y periodistas como Flavio Azzaro aseguran que el “sí” a Newell’s está más cerca de lo que parece. En Florida, sin embargo, Jorge Mas no tira la toalla: “Queremos que Leo sea nuestra bandera hasta 2026”.
Messi, fiel a su estilo, guarda silencio. Pero su lenguaje corporal ante el PSG habla más que cualquier comunicado. La frustración, el caminar lento, la mirada hacia abajo: signos de que quizás no haya mucho más que contar en Miami.
¿Y si el PSG fue su último gran rival?
Quizá no lo sabíamos, pero este domingo vimos a Messi por última vez en un gran partido de clubes. Rodeado de amigos, pero sin herramientas. Enfrente, el pasado que no perdona. Y en el horizonte, un Mundial que cada vez exige más certezas.
Su adiós aún no está escrito, pero las páginas finales ya empiezan a acercarse.
