La previa del Inter Miami para el Mundial de Clubes 2025

El equipo de Florida debutará en el Mundial de Clubes con dudas en el juego, y con la incómoda etiqueta de invitado
Formación Inter Miami

En esta previa sobre el Inter Miami, el equipo de Beckham, y de Messi también, por qué no decirlo, se debe comenzar explicando la razón de su participación en este Mundial de Clubes. No clasificó por méritos deportivos a través de la Concacaf Champions Cup ni por ser campeón de la MLS. Sin embargo, gracias a la normativa de FIFA que otorga una plaza a un equipo del país anfitrión del torneo, los de rosa se colaron en el mayor torneo del año. “You’re the best team of the season in America”, dijo Gianni Infantino en octubre, justificando su elección tras la conquista del MLS Supporters Shield en 2024. En otras palabras, Miami está aquí por Messi, y eso, teóricamente, es mejor para el espectáculo.

El debut será en casa, en el Hard Rock Stadium ante Al Ahly. Luego, llegarán desafíos mayores, Oporto y Palmeiras, dos equipos con mucha experiencia y nivel. El grupo A no ofrece margen para el error, se clasifican dos y, claramente, los brasileños y portugueses son rivales con mayor trayectoria. Miami no parte como favorita, pero sí como el equipo que todos van a querer ver.

Lionel Messi llega a esta cita internacional como capitán, referente y figura indiscutible del Inter Miami. A punto de cumplir 38 años, el astro argentino continúa marcando diferencias en zonas cercanas al área, con una lectura del juego que sigue estando varios pasos por delante de la media. En la temporada 2024 acumuló 21 goles y 17 asistencias en la MLS, y fue elegido MVP del torneo. Pero el desgaste físico se notó en los playoffs, donde cayeron en primera ronda ante Atlanta United, y el argentino acabó fundido.

Esta será, probablemente, su último torneo FIFA a nivel de clubes, y aunque la ilusión está, los límites son evidentes, piernas veteranas, falta de ritmo competitivo y una plantilla que depende excesivamente de sus genialidades. La gran incógnita es si le alcanzará el combustible para liderarlos a los octavos.

Javier Mascherano asumió el cargo de entrenador tras la abrupta salida de Gerardo Martino. Es su primera experiencia como técnico de un equipo profesional, tras dirigir sin brillo a las selecciones juveniles de Argentina. Su llegada respondió más a su vínculo personal con Messi, Suárez, Busquets y Alba que a un proyecto táctico sólido.

Desde enero, el ex jugador del Barcelona, ha intentado implantar una presión alta y un juego dinámico, pero el equipo se ha mostrado inconsistente. Sin una idea clara ni automatismos establecidos, el Inter Miami ha vivido a merced de lo que pueda improvisar su capitán. Las dudas sobre su idoneidad se han multiplicado, y el Mundial de Clubes puede marcar un punto de inflexión en su corta carrera en los banquillos.

La plantilla combina nombres muy conocidos a nivel mundial, pero mayores, con un fondo de armario muy pobre. Luis Suárez (38 años), Sergio Busquets y Jordi Alba (ambos con 36) siguen acumulando minutos, pero ya no pueden sostener el ritmo de la alta competición. En defensa, el equipo se parte con facilidad y concede goles con frecuencia alarmante. En ataque, todo pasa por Messi o por chispazos puntuales de Telasco Segovia.

El venezolano, de 22 años, es la única nota de frescura en un once muy veterano. Llegado desde el fútbol portugués, se ha integrado bien y suma aportes valiosos en zona de tres cuartos. De su rendimiento puede depender parte de la competitividad del conjunto que viste de rosa en un grupo donde no podrá cometer ni un fallo. Además cuentan con Federico Redondo, pivote argentino con buen pie y mucho criterio táctico, hijo del mítico Fernando Redondo. También tendrán protagonismo el ex Godoy Cruz Tadeo Allende, el estadounidense Noah Allen, el central paraguayo David Martínez y el lateral derecho Marcelo Weigandt, ex Boca Juniors. En portería, Óscar Ustari es el titular bajo los palos, con experiencia en torneos de este calibre. Mascherano podría apostar por un 4-4-2 con Messi y Suárez como dupla ofensiva, acompañados en los costados por Segovia y Taylor o Gressel, con Busquets y Redondo en el doble pivote. Weigandt y Allen ocuparían los laterales, con Falcón y Martínez como pareja de centrales.

Porto, Palmeiras y Al Ahly. De primeras tampoco suena demasiado complicado. El equipo portugués es favorito , evidentemente, y además cuenta con una plantilla amplia y experiencia europea. Palmeiras llega como campeón de la Libertadores y máximo exponente del fútbol brasileño de los últimos años. Y Al Ahly, dominador absoluto en África, es un hueso durísimo, con una estructura sólida, ritmo competitivo y mentalidad ganadora.

Según los modelos de predicción de Opta Analyst, Inter Miami tiene solo un 47% de opciones de pasar de ronda. Tendrá a favor el factor local, el fervor por Messi y el show mediático, pero en lo futbolístico, está escalones por debajo de sus rivales. Además es uno de los equipos más participativos en secuencias ofensivas abiertas dentro de la MLS. Lionel Messi ha intervenido en 91 secuencias que terminaron en remate, con 27 disparos propios y 57 participaciones en la construcción de jugadas. Luis Suárez no se queda atrás con 93, mientras que Sergio Busquets acumula 122 intervenciones, dato que habla del control del tempo que aún ejerce el ex Barça. Gressel y Diego Gómez también destacan con 38 y 47 participaciones en secuencias de peligro respectivamente, lo que indica un equipo que, pese a sus carencias defensivas, genera volumen ofensivo desde múltiples sectores del campo. Esta riqueza creativa es, al mismo tiempo, su principal fortaleza y su escudo ante rivales de mayor jerarquía.

¿Por qué ver a Inter Miami?

Por Messi, por esa nostalgia que genera el rosarino, y por la curiosidad de si puede volver a regalarnos una de sus noches mágicas. Ver si el 10 todavía puede cargar con todo un equipo sobre sus hombros, si Segovia puede ser una de las revelaciones del torneo, y si Mascherano encuentra, aunque sea por accidente, una idea que funcione.

El Mundial de Clubes empezará con un Inter Miami que no genera certezas, pero sí expectación. Está por verse si el símbolo más reconocible del fútbol moderno puede, una vez más, reescribir el guion. Aunque sea por última vez.

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