El Sevilla cerró su pretemporada con un empate frente al Toulouse. Almeyda apostó por primera vez por un esquema con tres centrales, con Juanlu como titular en el carril derecho en pleno pulso con el Nápoles por el traspaso del canterano sevillista. Un gol marca de la casa de Lukebakio abrió el marcador, pero en los minutos finales Santiago Hidalgo firmó las tablas para el equipo francés. Pero, más allá del mal partido, de que Almeyda continúe sin dar con el esquema idóneo, y de las lesiones, el Sevilla tiene un problema aún mayor: su mercado.
La situación económica del Sevilla está tan mermada que apenas se han producido entradas, y el mal rendimiento deportivo del equipo también está complicando la operación salida. Tan solo han llegado Alfon y Gabriel Suazo, ambos libres tan finalizar su vinculación contractual con Celta y Toulouse, respectivamente. Pero el problema es que los hispalenses tampoco han ingresado dinero en ventas en este periodo estival, porque Saúl y Sambi regresaron a sus clubes al ser cedidos, y Suso y García Pascual se marcharon libres al Cádiz. Y cuando un equipo está tan limitado en lo económico, si no entra dinero no se pueden realizar ni fichajes ni inscripciones.
Los descartes son un problema
Almeyda tiene una larga lista de jugadores con los que no cuenta para la temporada. La mayoría de ellos regresan de cesión tras haber estado en otros clubes y no han terminado de convencer al técnico argentino a lo largo de la pretemporada. En esta lista figuran el guardameta Álvaro Fernández (recientemente renovado), Pedrosa, Marcao, Joan Jordán, Januzaj, Iheanacho y Rafa Mir. Siete jugadores con los que no se cuenta y cuyo alto salario dificulta, y mucho, su salida del club.
El conjunto hispalense está dispuesto a facilitar la carta de libertad a estos futbolistas, pero ellos no están abiertos a perdonar un dinero que les corresponde por contrato. Eso supone un gran problema para Antonio Cordón, porque incluso las rescisiones de contrato ocupan hueco del límite salarial, en el que el Sevilla ya está bastante excedido. La solución más viable, cederles a algún club que asuma un porcentaje importante de su salario, o bien venderles a un precio simbólico a un equipo que quiera asumir su contrato actual.
Las inscripciones aún no se han producido
Claro que de nada sirve fichar si tampoco puedes inscribir. Esta es la otra gran incertidumbre que rodea al Sevilla. Ni los fichajes de enero ni los de este verano podrían jugar, y estamos a tan solo seis días del estreno sevillista en la Liga. Es decir, ni Rubén Vargas, ni Akor Adams, ni Alfon, ni Gabriel Suazo, ni Álvaro Fernández (al haber sido renovado este verano), ni los jugadores que regresan de cesión podrían jugar el domingo en la primera cita liguera frente al Athletic Club en San Mamés.
La llave para que todos estos jugadores puedan estar disponibles para Almeyda la tienen las salidas. Y parece que las dos grandes ventas serán las de Juanlu y Badé. El lateral español parece que acabará en el Nápoles una vez se termine la negociación entre clubes, que está siendo rocosa al haber planteado Cordón una posición de fuerza, solicitando alrededor de 20 millones y un 20% de una futura venta. La opción de Badé es algo más complicada, aunque sigue siendo viable. El Leverkusen ha mostrado interés en él, pero las posturas entre entidades aún están lejanas. El Sevilla estaría pidiendo 35 millones por el francés, mientras que los alemanes no han ofrecido aún más de 25.
Mientras Cordón trabaja en estas operaciones, también tiene que fichar. Parece que el tercer fichaje hispalense está cerca de hacerse oficial. Oddyseas Vlachodimos, guardameta del Newcastle, ha aterrizado hace escasas horas en Sevilla. El portero griego llega cedido para la temporada 25/26 sin opción de compra, y le hará la competencia a Nyland. Álvaro Fernández, que no cuenta para Almeyda, saldrá del club y Alberto Flores será el tercer portero del equipo.
