Fluminense: de campeón en América a soñar con el Mundial de Clubes

Tras conseguir la Gloria Eterna en 2023, el equipo de Brasil cambia la utopía por un boleto sin escalas hacia Estados Unidos.

Fluminense conquistó por fin la Copa Libertadores y transformó su historia. Pero el título continental fue solo el comienzo: el Tricolor Carioca cruzó fronteras y se medirá con gigantes en el Mundial de Clubes, llevando su identidad y orgullo a lo más alto del fútbol global.

Hace décadas que Fluminense es sinónimo de historia dentro del fútbol brasileño. Nacido en 1902 en el corazón de Río, el tricolor siempre fue considerado de los grandes, sin embargo, aún no tenía el gran trofeo que validaba dicho adjetivo. En el fútbol de Sudamérica, el prestigio no se mide por ganar campeonatos locales ni por el juego bonito, sino con la consagración de la famosa Copa Libertadores.

Fluminense había estado cerca de obtenerla en 2008, tuvo todo para poder campeonar. Dicha final, disputada ante Liga de Quito, dejó un sabor amargo para los fanáticos del club. El Maracaná desbordado de gente, una remontada histórica dentro del tiempo reglamentario, y una tanda de penales que dejó el sueño de ganar la Gloria Eterna en nada más que un sueño. Desde entonces, la Libertadores se volvió más un trauma que una obsesión, cada edición más sufrida que la anterior.

En 2023, sin embargo, el destino estaba escrito en otro color. Bajo la conducción de Fernando Diniz, Fluminense comenzó a escribir un nuevo capítulo de la historia. El técnico logró darle al equipo una identidad definida y aportó inteligencia táctica. Esto fue crucial para llevar al Tricolor a la final de la Libertadores, dejando atrás a equipos como Argentinos Juniors, Olimpia y el intimidante Porto Alegre con una remontada para los libros.

Al igual que en 2008, la final fue en el Maracaná, y esta vez el rival era Boca Juniors: rival histórico que también formará parte del Mundial de Clubes. El partido tuvo de todo. Hubo tensión, dramatismo y nerviosismo. Germán Cano abrió el marcador, y el Xeneize pudo empatarlo. Sin embargo, con una volea mágica, John Kennedy concreta el 2-1 y le otorga a Fluminense el sello de grande: la Copa Libertadores. Ese fue solo uno de los grandes triunfos que obtuvieron.

Trofeo de la Copa Mundial de Clubes / Vía @fluminensefc

La Copa Mundial de Clubes en el Estadio de Fluminense / Vía @fluminensefc

El más grande llegó en diciembre junto al Mundial de Clubes. En Arabia Saudita, Fluminense debutó en semis ante Al Ahly y cayó ante el City de Guardiola en la final. Sin embargo, su juego demostró que estar ahí no era una simple casualidad.

Hoy Fluminense vive una época de transformación. No es solo el club semillero de ídolos como Riverino o Romerito, también es campeón de América, y sueña con ser campeón del Mundo. Si bien lo que viene para los brasileños será exigente, el Tricolor no teme demostrar que está a la altura.

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