Hansi Flick y la lealtad por un estilo: línea adelantada, presión en campo rival y ataque

Así juegan los equipos de Hansi Flick

Hansi Flick ha impuesto su sello en el FC Barcelona con una idea muy clara: una defensa muy adelantada y una presión intensa desde la primera línea. Su llegada ha supuesto un cambio notable respecto al estilo de Xavi, que priorizaba el control del balón. Flick quiere un equipo que viva en campo rival, que ataque con muchos jugadores y que recupere rápido la pelota cuando la pierde. Esa defensa alta, casi en el medio campo, es el corazón de su propuesta y también su mayor riesgo.

El estilo que le hizo campeón

El técnico alemán ya utilizó este sistema en el Bayern de Múnich, donde le funcionó a la perfección. Con el equipo bávaro ganó el sextete en 2020 gracias a una presión asfixiante y una línea defensiva muy valiente. La idea era simple: cuanto más cerca recuperas el balón del área rival, más fácil es marcar. En Alemania lo aplicó también con la selección, aunque allí sufrió más por la falta de equilibrio. En el Barça, Flick ha intentado mantener la esencia, pero adaptándola a los jugadores que tiene.

La línea adelantada en defensa

En los partidos de esta temporada, el Barça ha mostrado una defensa muy adelantada, a menudo con los cuatro defensores prácticamente sobre la línea del círculo central. Flick considera que ese posicionamiento es innegociable. “La línea no se toca”, dijo tras un partido ante el Real Madrid, dejando claro que no piensa renunciar a su estilo. Los jugadores también lo han notado. Iñigo Martínez, clave la temporada pasada en el posicionamiento de la línea defensiva, reconoció que “cuando bajamos un poco la intensidad en la presión, nos hacen ocasiones de peligro”. Esa frase resume perfectamente la exigencia del sistema: si uno se despista, el rival lo aprovecha.

Los beneficios son evidentes. El Barça recupera el balón más arriba, presiona mejor y tiene más oportunidades de atacar sin necesidad de elaborar tanto. Además, el equipo provoca muchos fueras de juego y consigue mantener al rival lejos de su área. Sin embargo, los riesgos también son claros. Contra equipos con delanteros rápidos o con buena salida al contragolpe, la zaga queda muy expuesta. Ante rivales de nivel ese planteamiento puede ser peligroso.

Mbappé y Vinicius ponen a prueba la ‘trampa’

Este fin de semana, esa idea será puesta a prueba frente al Real Madrid, un equipo que cuenta con dos de los jugadores más veloces del mundo: Kylian Mbappé y Vinícius Júnior. Ambos destacan precisamente en explotar los espacios a la espalda de defensas adelantadas, y ahí el Barça puede sufrir. Si la presión no es perfecta o si un defensa rompe la línea, los dos atacantes blancos pueden quedar mano a mano con el portero en cuestión de segundos. Flick sabe que su equipo tendrá que ser impecable en la sincronización y la cobertura para evitar que esos desmarques se conviertan en goles.

El Real Madrid de Xabi Alonso, además, ha trabajado mucho las transiciones rápidas para castigar ese tipo de planteamientos. Mbappé suele moverse entre central y lateral buscando el pase al espacio, mientras que Vinícius aprovecha cualquier error de posicionamiento para arrancar con ventaja. Si el Barça no mantiene la intensidad los 90 minutos, la defensa adelantada puede volverse en su contra. Por eso, Flick ha insistido en los entrenamientos de esta semana en la coordinación, el repliegue inmediato y la comunicación constante entre defensores.

La importancia de la presión adelantada

Flick es plenamente consciente de ello, pero no piensa dar marcha atrás. Prefiere corregir detalles, como la sincronización o la intensidad de la presión, antes que renunciar a su idea. Su defensa adelantada exige centrales veloces y concentrados, y laterales capaces de subir y bajar sin descanso, como Balde. En el centro del campo, jugadores como De Jong y Pedri son fundamentales para sostener la estructura y tapar espacios cuando el equipo pierde el balón. Como dato: Pedri es de los mejores recuperadores de Europa.

Más allá de lo táctico, Flick también ha impuesto una cultura de disciplina y exigencia. Es muy estricto con la puntualidad y con el compromiso en los entrenamientos. Quien llega tarde o se relaja, se expone a sanciones internas. El técnico quiere un grupo comprometido, que mantenga la intensidad los 90 minutos, y fuera del campo.

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