El Atlético de Madrid clausura su temporada en Liga como local ganando al Betis, con un protagonista con sentido arácnido, Julián Álvarez. EL argentino fue el artífice del gol que abrió la lata del partido y también el de la tranquilidad (el 3-1). El Betis se guardó su mejor versión para segunda parte y salió al Metropolitano adormilado, lo que le costó dos goles en los primero 45 minutos.
Julián es el eje central
El Atlético de Madrid volvió a la senda de la victoria tras su pésima derrota en El Sadar. Tuvo un protagonista claro que marcó uno de los goles del año en el minuto 10. La ‘Araña’ anotó un golazo de falta, su segundo en la temporada (el primero contra el Slavia de Praga). Un gol ‘de cómic’ que lo acompañó en el descuento Robin Le Normand con un cabezazo. El primer gol del central español con la camiseta rojiblanca.
Y volvió a aparecer en la segunda parte, cuando todo parecía que se podía venir abajo con el gol del Betis y el Atlético enfriado, anotó el tercero Julián Álvarez para dar serenidad al equipo. No contento con eso acabó redondeando la tarde con una asistencia que dejó en bandeja el gol de Ángel Correa.
Un partido que terminó alargándose más de lo normal (15 minutos) por una interrupción de diez minutos al comienzo de la segunda parte. El arbitro paró el encuentro en el minuto 54, por tercera vez consecutiva, debido a una atención de emergencias en el segundo anfiteatro. La aficionada fue reanimada, y la afición ovacionó el gesto de ambos equipos junto a la decisión del colegiado.
Un Betis con poco fuelle
Los de Pellegrini salieron al Metropolitano con algo de somnolencia o eso transmitieron en el campo. La muestra más evidente fue la tremenda bronca del técnico verdiblanco en la pausa de hidratación a los suyos. En la segunda mitad agitó el banquillo y parece que surgió efecto la incorporación de jugadores como Isco o Anthony.
Pablo Fornals fue el encargado de sembrar la duda en el partido con un golazo de tijera a pase de Isco. Además tuvo varias ocasiones el equipo sevillano, que de no ser por grandes actuaciones de Jan Oblak podrían haber llegado a igualar el resultado.
Un Betis que ha tomado la decisión de guardarse toda su dinamita para la gran final en Polonia. Han mostrado una versión a medio gas y su mente no estaba al 100% para intentar entrar en puestos de Champions League. Algo que era casi imposible y que no dependía solo de su voluntad.
