El AC Milan sonríe gracias a un futbolista que parece desafiar al tiempo. Luka Modrić, a sus 40 años, ha demostrado que sigue siendo decisivo al marcar el gol que dio la victoria en el último encuentro de la Serie A. Un tanto que no solo significó tres puntos, sino que consolidó al equipo en la quinta posición de la clasificación después de tres jornadas disputadas.
La llegada del croata generaba dudas por su edad y el reto de adaptarse a un nuevo campeonato tras toda una vida en el Real Madrid. Sin embargo, en apenas semanas ha dejado claro que su calidad, visión de juego y experiencia son recursos inagotables para un Milan que aspira a volver a pelear arriba.
Clase eterna y rol protagonista
El rendimiento de Modrić va más allá del gol. Su capacidad para organizar el centro del campo, filtrar pases y marcar el “tempo” del partido ha devuelto al Milan una jerarquía en la medular que había perdido en temporadas recientes.
Además, su liderazgo dentro y fuera del vestuario está sirviendo de guía a los jóvenes talentos del club, que ven en el croata un modelo de profesionalidad y competitividad. El equipo de Allegri se apoya en su experiencia para afrontar con solidez este arranque liguero.
Un Milan con ambición renovada
El triunfo con tanto de Modrić deja al Milan en la parte alta de la tabla y con la confianza de que, si el croata mantiene este nivel, puede ser un jugador clave para aspirar a objetivos mayores. La afición rossonera, que ya lo ha adoptado como ídolo en San Siro, sueña con que su magia siga iluminando los partidos más importantes.
El reto ahora es mantener la regularidad. El Milan ha empezado con buen pie, y con Luka Modrić como faro, la ilusión por volver a la Champions y pelear la Serie A se siente más viva que nunca.
