¿Puede un insulto convertirse en el mayor símbolo de orgullo para una afición? En el fútbol, donde la pasión y la identidad se mezclan como en ningún otro ámbito, la historia del Palmeiras y su relación con el cerdo es una de esas paradojas que solo el deporte puede ofrecer. Lo que empezó como una burla terminó transformándose en un emblema que representa la fuerza y la resistencia de uno de los clubes más grandes de Brasil.
En este Mundial de Clubes la afición del Palmeiras ha concentrado a miles de aficionados en los estadios estadounidenses, en los cuales la aparición del cerdo o porco como protagonista se ha hecho notar.
PORCO OLÊ OLÊ OLÊ 🙌#FIFACWC | @Palmeiras pic.twitter.com/676MpkZ4Y8
— Mundial de Clubes da FIFA 🏆 (@fifaworldcup_pt) June 15, 2025
En los años 60, los aficionados del eterno rival, el Corinthians, comenzaron a llamar “porcos” (cerdos) a los seguidores del Palmeiras, buscando ridiculizarlos por su herencia italiana y su estilo de juego. Lo que no esperaban era que esa misma palabra terminaría siendo adoptada con orgullo. El punto de inflexión llegó en 1986, cuando un grupo de hinchas palmeirenses llevó un cerdo real al estadio durante un derbi. Aquello dejó de ser una burla para convertirse en una reivindicación.
Un insulto transformado en signo de identidad de Palmeiras
Con el paso de los años, el cerdo se instaló como símbolo de identidad, al nivel del histórico apodo de “Verdão”. En 2016, el club dio un paso más y presentó oficialmente a su mascota: Gobatto, un cerdo que desde entonces acompaña al equipo en cada partido en el Allianz Parque, animando a la grada y representando ese orgullo nacido del desprecio.
Porco é oficializado como mascote da torcida e é apresentado junto com novo Periquito; saiba mais ➤ https://t.co/cJArnMNYLc#AvantiPalestra🐷 pic.twitter.com/XapmzCn3pE
— SE Palmeiras (@Palmeiras) November 7, 2016
Hoy, en celebraciones como la Libertadores de 2021, no faltan los hinchas con cerdos inflables, pancartas o camisetas con el icónico animal. En un giro insólito de la historia, el Palmeiras no solo redefinió un insulto, sino que lo convirtió en una bandera de identidad. Ser “porco”, lejos de ser una ofensa, es ahora una declaración de amor a unos colores.