Si hay un nombre que inspira tranquilidad bajo palos en Palmeiras, ese es el de Weverton. El veterano portero brasileño se ha convertido en un auténtico seguro para el conjunto paulista. Siendo una pieza clave desde que llegó al club en 2018 procedente del Atlético Paranaense. Desde entonces, ha construido una trayectoria sólida y consistente que lo ha llevado a convertirse en uno de los mejores guardametas del fútbol sudamericano.
Una de las estadísticas que mejor definen su fiabilidad. Desde que viste la camiseta de Palmeiras, nunca ha terminado una temporada encajando más goles que partidos disputados. Su capacidad para mantener la portería a cero, su liderazgo en el área y su experiencia lo han convertido en una referencia absoluta en el equipo. Bajo su mando, el club ha conquistado títulos importantes como la Copa Libertadores, el Brasileirao y la Copa de Brasil.
A nivel internacional, Weverton ha sido un habitual en las convocatorias de la selección brasileña en los últimos años. Aunque rara vez ha sido titular, ha estado presente como opción de confianza en torneos como la Copa América o los Juegos Olímpicos. Donde logró el oro con Brasil en Tokio 2020. Su papel ha sido el de aportar experiencia y estabilidad dentro del grupo, una función que ha desempeñado a la perfección.
Weverton echa el cierra en Palmeiras
En el Mundial de Clubes 2025, Weverton volvió a demostrar su importancia. En el debut ante el Porto, uno de los partidos más exigentes de la primera fase, firmó una actuación impecable. El meta de 37 años ha sabido mantener al equipo en momentos clave y lograr dejar su portería a cero en los partidos ante Porto y Al-Ahly. Contribuyendo a la clasificación de Palmeiras a los octavos de final. Con un empate en la última jornada ante el club de Miami, el Palmeiras se aseguraba el liderazgo del grupo y la clasificación a los octavos.
Con actuaciones como estas, Weverton continúa afianzándose como una de las figuras más regulares del fútbol brasileño. Su experiencia y reflejos lo convierten en una garantía para Palmeiras, un verdadero cerrojo bajo palos.
