Raúl González ha confirmado este lunes su marcha del Real Madrid Castilla tras seis temporadas al frente del filial. Lo hace con un legado de más de 200 partidos, una Youth League, dos promociones de ascenso y la huella imborrable de su estilo y compromiso con La Fábrica.
Un ciclo completo en Valdebebas
Lo que comenzó en la temporada 2019-2020 se cierra hoy con el anuncio oficial de su salida. Raúl deja el Castilla tras seis años de entrega absoluta, 209 partidos dirigidos, 82 victorias, 70 empates y 57 derrotas. Solo un técnico en la historia del segundo equipo blanco, Juan Santisteban, ha estado más tiempo que él en el banquillo.
La trayectoria de Raúl en el Castilla ha sido tan irregular en resultados como firme en identidad. Bajo su mando, el equipo ha peleado dos veces por el ascenso a Segunda División, quedándose muy cerca en la campaña 2022-2023 al caer ante el Eldense en la final.
Del Cadete B al récord
Raúl empezó su camino como entrenador en el Cadete B en 2018-2019. Esa misma temporada, acabó al frente del Juvenil B, y solo un año después levantaba la UEFA Youth League con el Juvenil A. Su ascenso al Castilla fue meteórico, y su continuidad, excepcional. En un filial acostumbrado a ser tierra de paso, Raúl construyó una era.

Durante su etapa en el banquillo del Castilla, dejó atrás a técnicos como López Caro (183 partidos) y consolidó un estilo basado en el trabajo, la formación y el compromiso con los valores del club.
Arbeloa recoge el testigo
Álvaro Arbeloa será el encargado de sustituirle al frente del Castilla. Llega desde el Juvenil A, donde ha cosechado grandes resultados durante tres temporadas. Con su ascenso, el club continúa apostando por la cantera no solo para formar jugadores, sino también entrenadores con ADN blanco.
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— Cantera Real Madrid (@lafabricacrm) April 27, 2025
En su despedida, Raúl no ha cerrado la puerta a un posible regreso. “No es un adiós definitivo”, ha asegurado. El Real Madrid, por su parte, ha agradecido en un comunicado la labor de uno de sus iconos, destacando su papel como formador y transmisor de los valores del club. Raúl se marcha, pero su legado queda. No solo como uno de los mejores delanteros de la historia del club, sino también como el hombre que convirtió el Castilla en una extensión viva del espíritu del Real Madrid.