Del brazalete al banquillo: Guido Pizarro desafía al Turco en la final
La final de la Liga MX no solo enfrenta a Tigres y Toluca. En el fondo, es un choque de liderazgos, procesos y tiempos. De un lado, la experiencia infinita de Antonio “El Turco” Mohamed, un viejo lobo de mar del fútbol mexicano. Del otro, un caso atípico que ya dejó de ser casualidad: Guido Pizarro, capitán hasta marzo y hoy entrenador del conjunto felino.
En apenas 283 días en el cargo, Guido ya llevó a Tigres a una semifinal de Concacaf Champions Cup y ahora los tiene disputando una final de liga. Una transición casi inédita en el fútbol mexicano: del vestidor al pizarrón, del brazalete a la banda.
El camino de Tigres: tocar el infierno para llegar al cielo
Tigres llega a esta final tras un recorrido que resume su esencia competitiva. En cuartos de final, los felinos firmaron una de las remontadas más impactantes del torneo: tras caer 3-0 ante Xolos en la ida, respondieron con un 5-0 en el Volcán que quedó grabado en la memoria reciente de la Liguilla.
¡Juntos hacia Semifinales, gracias afición!@CEMEXMx #SiempreContigo 👊 #EstoEsTigres 🐯 pic.twitter.com/xYKF42d1Qp
— Club Tigres 🐯 (@TigresOficial) November 30, 2025
En semifinales, Cruz Azul fue el siguiente obstáculo. Con autoridad, oficio y la experiencia que define a este equipo, Tigres volvió a demostrar que sabe sufrir cuando el contexto lo exige. Ángel Correa, Juan Brunetta y, como siempre, Nahuel Guzmán, fueron piezas clave de un equipo que nunca se descompone en los momentos límite.
Toluca y el Turco: experiencia pura
Enfrente estará Toluca, que dejó en el camino a Bravos de Juárez y a Rayados de Monterrey. El equipo del Turco Mohamed mantiene su sello: intensidad, verticalidad y carácter competitivo. Paulinho ha sido una de sus principales referencias ofensivas en esta Liguilla.
No es una final cualquiera. Guido Pizarro es el único entrenador que logró vencer dos veces a Mohamed en este torneo, un dato que añade una capa táctica y simbólica al duelo.
Una final que también cierra ciclos
Para Tigres, esta final representa más que un título. Es el posible cierre de ciclo de referentes históricos como André-Pierre Gignac, Nahuel Guzmán y Javier Aquino. Pase lo que pase, el proyecto continuará bajo el mando de Guido, pero el contexto vuelve esta noche especialmente emocional.

Como dijo Osvaldo Batocletti, leyenda eterna del club Felino:
“Al margen del resultado, pártanse la madre.”
Tigres llega con ilusión y nervios, consciente de que como dicta su propia historia, para llegar al cielo, primero hay que tocar el infierno.






