Un deja vú dos años después

Un deja vú para el Barça dos años después. Los azulgranas están a las puertas de conquistar su 28º título de LaLiga, y el destino ha querido que, al igual que hace dos años, pueda coronarse en el RCDE Stadium, hogar del RCD Espanyol. Mañana, jueves 15 de mayo, los azulgranas se enfrentarán a su eterno rival en un derbi que podría decidir el campeonato. Con 82 puntos y una ventaja de siete sobre el Real Madrid, el Barça necesita una victoria ante el Espanyol para proclamarse campeón, siempre que los blancos hayan ganado su partido contra el Mallorca. Si el Madrid no suma los tres puntos, los de Hansi Flick podrían celebrar el título incluso antes de jugar, repitiendo una hazaña lograda en 1991 y 2009 . Un deja vú dos años después para los catalanes.

El FC Barcelona afronta el derbi catalán con la ilusión de volver a proclamarse campeón de LaLiga en el campo de su eterno rival. Los azulgranas, liderados por Hansi Flick, han protagonizado una temporada sobresaliente, marcada por su solidez defensiva y el despegue de jóvenes talentos como Fermín López y Lamine Yamal. La plantilla, consciente de lo que está en juego, ha trabajado esta semana con intensidad y concentración en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Flick lo tiene claro:

“Ganar en el campo del Espanyol sería especial, pero tenemos que centrarnos en jugar bien y no pensar en la fiesta antes de tiempo”

El recuerdo de lo ocurrido hace dos temporadas aún está fresco en la memoria culé. Aquel 2-4 en Cornellà, que dio el título a los azulgranas, acabó empañado por la invasión de campo y el mal trago de tener que huir hacia los vestuarios para evitar incidentes. Esta vez, el equipo quiere disfrutar del momento sin sobresaltos, en un ambiente deportivo y respetuoso.

El vestuario culé está preparado para una nueva noche histórica y sabe que ganar el título en el feudo del Espanyol sería un golpe de autoridad que reflejaría el dominio azulgrana en el campeonato. Para el Barça, más que una victoria, este partido puede significar el broche de oro a una temporada que apunta a ser inolvidable.

LaLiga denunció los incidentes ocurridos en 2023, y el Espanyol fue sancionado con el cierre parcial de su estadio. Estos actos violentos no tienen cabida en el fútbol y deben ser condenados enérgicamente. El deporte debe ser un espacio de respeto y celebración, no de enfrentamientos y agresiones .

Mañana, el Barcelona tiene la oportunidad de cerrar una temporada brillante con un nuevo título de liga. Esperemos que, esta vez, la fiesta del fútbol se viva con la pasión y el respeto que merece.

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