El Barcelona y el Newcastle debutan en Champions esta temporada en una partida de ajedrez sin el rey. Los azulgranas vuelven a la Champions y lo hacen con una ausencia que pesa como pocas: Lamine Yamal no estará en St. James’ Park. El joven talento, lesionado en la ingle, deja al equipo sin su jugador más desequilibrante justo cuando tocaba visitar a un Newcastle que hará del ambiente y de la intensidad sus principales armas. Flick pierde profundidad, regate y desborde en banda, lo que obliga a mirar a Lewandowski y Raphinha como referencias ofensivas y, sobre todo, a la batuta de Pedri, que debe asumir galones para que el Barça no eche tanto en falta a su perla de 17 años. Esta noche se disputa una partida de ajedrez sin rey, donde la táctica decantará el partido.
Pedri como brújula y Woltemade como amenaza
En un partido que se prevé de alta tensión, Pedri será el eje del Barça. Su capacidad para dar pausa, filtrar pases y generar superioridades en la medular se presenta como la clave para que los culés impongan su estilo. Sin su control, el choque puede romperse en el caos que más conviene al Newcastle. El nivel del canario viene siendo superlativo y si los azulgranas quieren ganar es necesario que Pedri saque la batuta.
El Newcastle perdió a Isak en verano, pero sigue teniendo muchas armas ofensivas. En el área propia, los centrales azulgranas tendrán un examen de altura literalmente: Nick Woltemade, fichaje estrella de las ‘urracas’, mide 1,98 metros y será la gran amenaza aérea. Cada balón colgado o jugada a balón parado pondrá a prueba la solidez defensiva de un Barça que sabe que no puede regalar metros. Christensen, Koundé o Araujo tendrán que multiplicarse para contener al ariete alemán, que llega con la misión de hacer olvidar a Isak y convertirse en el nuevo referente del ataque inglés.
