Pues nada, vuelta a lo mismo de siempre. A lo que ya es costumbre, pero no por ello deja de ser un grave problema. Vinicius ha vuelto a hacer de las suyas. Algo a lo que el Real Madrid se le está yendo de las manos desde hace tiempo. Una actitud inadmisible, que macha el honor de la entidad blanca. En la victoria del Real Madrid contra el Atleti, Vinicius jugó uno de sus peores partidos que se recuerdan de esta temporada, y se dedicó en cuerpo y alma a provocar tanto al Atleti como a su afición.
Un partido para agachar cabeza
Su partido fue un sólido suspenso. Un penalti a las nubes y una tarjeta amarilla son las primeras estadísticas para comenzar a tratar el encuentro del brasileño. Vinicius es bien conocido como uno de los mejores regateadores del mundo, pero sus cifras no lo reflejaron. 3 de 14 regates con éxito. Para reflexionar. A eso hay que sumarle que fue el jugador con más duelos perdidos de todo el partido, perdiendo en 15 ocasiones. Su precisión en el pase no logró evitar el desastre, tuvo un 77% de pases acertados. Para entender la magnitud de ese porcentaje, hay que saber que, de los titulares del Real Madrid, fue el que menos precisión tuvo, y el segundo fue Mendy con un 90%, o lo que es lo mismo, un 13% de diferencia.
Estas son las cifras de un partido para el olvido, en el que el futbolista debería agachar cabeza y aceptar su mal juego. Lejos de hacer eso, Vinicius provocó constantemente a los rojiblancos. Por lo que se podría decir que lo que mejor hizo el 7 del Madrid en el partido fue provocar.
Los gestos que ayer delataron la actitud de Vinicius
Como si de un tic nervioso se tratara, Vinicius se limpiaba el parche de las 15 Copas de Europa del Real Madrid. Se lo hacía tanto a los jugadores rojiblancos como a la propia afición. No cabe duda de que ese parche no necesitará ser lavado, ya ha tenido una delicada limpieza por parte de Vinicius.

de Europa / Vía X: @MadridXtra
Cuando Rüdiger anotó el penalti decisivo, los futbolistas del Real Madrid, eufóricos, celebraron el triunfo. En medio de la fiesta, Vinicius fue a por la grada. Realizó gestos de burla antes que disfrutar de la victoria. Eso define la actitud de Vinicius a la perfección. El brasileño también dejó otra perlita. Se quitó su abrigo y lo dejó en el césped del Metropolitano, señalando el escudo del Real Madrid.

césped del Metropolitano / Vía X: @InvictosSomos
Por si lo anterior no fuera suficiente, al rato de acabar el encuentro, Vinicius soltó otro recado vía X. Insatisfecho con todo lo que había provocado en el encuentro, el brasileño caldeó el ambiente en las redes sociales con esta respuesta.
Este año no.
— Vini Jr. (@vinijr) March 13, 2025
Hablando de la red social X, en 2025, Vinicius lleva más tweets (14) que goles (5). Estas actitudes hacen que sea prácticamente imposible que, a cualquier aficionado que no sea del Real Madrid, le pueda caer bien Vinicius. Incluso ya hay un sector cada vez más amplio en la afición merengue que comienza a hartarse de los gestos del brasileño.
Seamos sinceros. Messi y Cristiano también han hecho gestos parecidos como cuando se quitaban la camiseta y la enseñaban a la grada rival, pero hay una gran diferencia. Ambos lo hacían sin recriminar los insultos que recibían por ello. No se quejaban nunca, sabían que iban a un estadio y que donde las dan, las toman. Ese es el factor clave para entender el caso Vinicius.
Vinicius se saca él solito del partido. Sabe perfectamente lo que le espera en el Metropolitano, y debe anticiparse a los hechos. Vinicius es conocedor de que le van a pinchar y le van a buscar las cosquillas y, lejos de mantener la cabeza fría, lo busca y lo recibe. Luego es el primero que se queja, pero eso no vale de nada. Su careta se le cae enseguida. Sus palabras de arrepentimiento se evaporan a los minutos de pisar cualquier campo de fútbol.
¿Cambiará Vinicius su actitud?
Esta es la pregunta que muchos aficionados se plantean, y que cada vez tiene una respuesta más clara. No. Nunca. Si hubiera un margen real de mejora, hubiera llegado desde hace tiempo. Cada vez que Vinicius se mete en un embrollo, Ancelotti y sus compañeros son los que le tienen que frenar. Le han avisado en tantas ocasiones que casi confirma que sea imposible que cambie, y si no hace caso ni a su propio equipo, es señal directa de que la situación se mantendrá así.
Después de todo esto, hay gente que sigue sin entender por qué Vinicius no fue galardonado como el Balón de Oro de la temporada pasada. No me malinterpreten, su fútbol es excelente, el que no sea capaz de verlo que pida cita en el oculista. Pero ese fútbol tan espléndido se ve completamente eclipsado por su actitud. Una actitud que le privará, si sigue así, de poder conseguir el tan ansiado Balón de Oro.