Aurélien Tchouaméni está de vuelta. Sí, el pivote por el que Florentino pagó 80 millones. Porque, a pesar de las críticas en los últimos meses, el francés ha levantado cabeza y se ha puesto manos a la obra. Sus últimos 5 partidos con el Real Madrid ha enmudecido al sector de la afición blanca que le quería fuera del once titular. Su mal juego, derivante de las incesantes críticas, se debía en gran parte a que Aurélien jugó como central durante un periodo de tiempo en el que el Madrid escaseaba de defensas. Tal y como está jugando, Tchouaméni parece que será aún más indiscutible para Ancelotti, quien ha depositado su confianza en él a pesar de su reciente mala forma.
La vuelta al pivote, clave para su mejoría
El pivote es su posición natural. Tan sencillo como eso. El Tchouaméni que fichó por el Real Madrid era un mediocentro defensivo, que jamás había jugado en la defensa. Es lógico que si juega en un puesto al que no está para nada acostumbrado, no ofrezca el mismo rendimiento. Bien es cierto que las actuaciones de hace unos meses eran de bajo nivel, pero reitero, Tchouaméni no es central.
En cuanto ha vuelto a la posición del pivote, ya se ha podido reconocer al Tchouaméni que todos conocían. Un jugador que hace de contención en el medio del campo y organiza el desorden que puedan generar sus compañeros. Un mediocentro destructor, que realiza cortes limpios y lanza el ancla para recuperar balones que ya se daban por perdidos.
En los últimos 5 partidos del Real Madrid, Aurélien ha puesto los puntos sobre las íes. En esos 5 encuentros, Tchouaméni promedió 5,4 recuperaciones, 2,2 intercepciones y más del 50% de sus duelos fueron ganados. La disciplina también ha sido un aspecto mejorado por el francés. 5 faltas y una tarjeta amarilla en sus últimos 5 partidos. La organización no ha sido menos. En todos los partidos ha superado el 90% de precisión en sus pases, lo que demuestra su involucración plena en la distribución del juego de los blancos. Por si todo esto no fuera suficiente, cabe destacar que Tchouaméni disputó de principio a fin los 5 partidos. Es decir, el francés ha cosechado esas estadísticas sin darse un respiro.
¿Cómo se siente cómodo Tchouaméni?
Hay dos factores clave que han ayudado a exprimir todo el potencial del francés. La formación de 4-4-2 empleada por Ancelotti en los últimos partidos y los compañeros elegidos para acompañarle en el medio del campo han tenido mucho que ver en esta mejoría del juego de Tchouaméni.
El esquema del 4-4-2 es una de las formaciones más conservadoras del fútbol. Los cuatro jugadores del medio aportan una mayor solidez defensiva, con dos interiores abiertos a las bandas. Ese apoyo defensivo por las bandas es el que permite a Tchouaméni despreocuparse de los flancos para poder poner sus focos en el centro del campo. Que el francés esté situado constantemente en el medio es como si el Real Madrid tuviera una roca en la medular de su equipo. Este enfoque en el corazón de la formación le ha permitido soltarse más, pudiendo presionar hacia delante, cortar ofensivas por el medio y ser protagonista de la creación del juego merengue.
Su química con ciertos jugadores del Real Madrid ha dado sus frutos. Con la formación de 4-4-2, Ancelotti suele juntar a Tchouaméni con un mago que le eche un cable a la hora de organizar el juego. Los que mejor le vienen a Aurélien son futbolistas cerebro, aquellos que toman la batuta del juego y organizan al equipo entero. Unos buenos ejemplos son el lesionado Dani Ceballos y Modric. Ayer, el francés compartió medio del campo con Luka, y congeniaron a la perfección. Ambos son reflejo del contraste entre un mediocentro creador y uno destructor, lo que hace que conecten ayudándose el uno al otro. Básicamente, es una perfecta simbiosis. Habrá que esperar hasta el miércoles para conocer quién será la pareja de baile de Tchouaméni en el medio del campo para una cita tan importante como la vuelta de Champions contra el Atlético de Madrid.