Rodrigo de Paul ha conseguido convertir las dudas y críticas de la afición rojiblanca por su falta de ambición y compromiso en ciertos partidos. El argentino es una pieza clave en el juego de su equipo. Antes de fichar por el club colchonero, estuvo en el Valencia, dónde no comenzó con buen pie.
El futbolista llegaba a su primer partido con el club Ché en la temporada 14/15. De Paul salió del banquillo y a los dos minutos vió la tarjeta roja. La sanción fue de 4 partidos, por lo que no pudo caer con peor pie en España. Su entrenador en el Valencia, Nuno Espírito Santo contó con el como titular en tan sólo 6 partidos en La Liga. El de Sarandí disputó algo más de 1000 minutos entre Liga y Copa del Rey. Anotó 1 tanto en cada competición y dió 4 asistencias.
La siguiente temporada, el Valencia disputó Champions League, ganando al Mónaco en las ronda. El camino terminó pronto, ya que fue eliminado en fase de grupos, y De Paul apenas disputó 80 minutos entre los 6 partidos. La temporada no era la esperada, y desde el club cesaron al entrenador. Rodrigo De Paul se marchaba cedido a Argentina a mitad de temporada, y al finalizar la misma firmaba por el Udinese. 44 partidos, 2 goles y 4 asistencias son los datos que dejó De Paul en Valencia.
La etapa en Italia fue diferente desde el primer momento, fue titular desde el principio y consiguió ocupar una posición muy importante en el equipo. Esto le llevó a la selección argentina, viviendo el mejor momento de la historia del país. 2 copas América y un Mundial consecutivos. Rodrigo De Paul se estableció cómo el motorcito del medio del campo.
La primera temporada, De Paul llegó a jugar hasta de delantero en algún partido, pero sobre todo se estableció en la mediapunta. Fue en la segunda dónde encontró su sitio en el centro del campo y comenzó a destacar en esa posición. 9 goles y 7 asistencias en 37 partidos.
La temporada 20/21 fue dónde Rodri estableció grandes números y partidos a un gran nivel. Al final de esta temporada, el Atlético de Madrid anunciaba su fichaje. Ese mismo verano conseguía ganar la primera Copa América, con asistencia en la final frente a Brasil. Tras 184 partidos, 34 goles y 37 asistencias, el argentino ponía rumbo a Madrid dejando unos 37 millones en las arcas del Udinese.
En el Atlético de Madrid lleva ya 4 temporadas, en las que ha pasado por situaciones buenas y no tan buenas. El argentino ha sido muy criticado por la afición en momentos de su trayectoria por el club ya que entendían que el jugador no ponía las mismas ganas que con su selección. Dejando la sensación sobre todo antes del mundial que se disputó a mitad de temporada, que para él la prioridad era el país.
Este año, después de unas cuántas temporadas, el motorcito parece haber encontrado su lugar. El futbolista se ha establecido como la pieza fundamental del medio del campo rojiblanco. Junto a Pablo Barrios, está siendo la clave para que el centro marche tan bien. Está cogiendo galones en el vestuario y en el césped, apareciendo en momentos claves, como su gol al Barcelona que finalmente le dió los tres puntos al equipo. Eso, y la espectacular visión que tiene para ver el fútbol, están haciendo al equipo ser un gran generador de goles y ocasiones.