El “last dance” de Ángel di María

Jugará el Mundial de Clubes antes de volver a Rosario Central

El argentino afronta sus últimos días como jugador del Benfica. Con el Mundial de Clubes a punto de comenzar, Di María quiere despedirse de Europa llegando lejos en la competición, y por qué no, sumando otro título a su histórico palmarés.

Ángel Di María está ante su último gran desafío en el fútbol europeo. El Mundial de Clubes de 2025 marcará el cierre de una etapa brillante en el viejo continente, donde dejó su huella en equipos como el Real Madrid, el PSG, el Manchester United y, por supuesto, el Benfica. A sus 37 años, el extremo rosarino ha confirmado que tras el torneo regresará a Rosario Central, el club donde comenzó su carrera profesional.

El Benfica afronta el campeonato con la ilusión de dar la sorpresa, y Di María será uno de sus principales referentes dentro y fuera del campo. Su experiencia en partidos de máxima exigencia y su visión de juego serán claves para un equipo que busca competir de tú a tú con los gigantes del torneo. “Quiero disfrutar cada minuto y dejarlo todo por este club antes de volver a casa”, declaró recientemente en una entrevista a medios portugueses.

Más allá de los resultados, el torneo servirá también como homenaje para un jugador que ha sido protagonista de una generación dorada del fútbol argentino y europeo. Campeón del mundo con la Albiceleste en Catar 2022 y autor de goles memorables en finales, Di María se marcha como uno de los futbolistas más determinantes de su era.

Aunque todas las miradas están puestas en el inminente Mundial de Clubes, en la mente de Ángel Di María ya se dibuja con fuerza su próximo gran reto: el regreso a Rosario Central. El club de sus orígenes, donde debutó como profesional en 2005, lo espera con los brazos abiertos para vivir una segunda etapa cargada de emoción y simbolismo.

Para el “Fideo”, volver al Gigante de Arroyito no es solo un acto de nostalgia, sino una promesa cumplida. A lo largo de su carrera, ha repetido en varias ocasiones su deseo de retirarse en casa, y ahora ese anhelo se convierte en realidad. La hinchada canalla, que ha seguido cada paso de su carrera con orgullo, aguarda su regreso como el de un hijo pródigo que viene a cerrar el círculo.

Más allá de lo deportivo, su vuelta tiene un profundo valor emocional. Di María no solo regresa como ídolo, sino como un símbolo de compromiso con sus raíces. En una época en la que muchos jugadores optan por terminar su carrera lejos del ruido, él elige volver al lugar donde todo comenzó, para jugar sus últimos partidos entre los suyos y, quizá, regalarle a Central una alegría soñada por generaciones.

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