El Manchester United se juega su temporada este jueves, cuando visite a la Real Sociedad en el Reale Arena por la ida de los octavos de final de la UEFA Europa League. Fuera de la FA Cup y lejos de los puestos de Champions en la Premier, los Red Devils necesitan con urgencia un resultado positivo para mantener viva su última esperanza de levantar un título este año. Sin embargo, el equipo llega en su peor momento, con dudas sobre el proyecto de Ruben Amorim, varias ausencias sensibles y una relación cuanto menos complicada entre el técnico y su plantel.
Amorim, el desastre en Old Trafford y un futuro incierto
El pasado domingo, la eliminación en la FA Cup ante el Fulham fue el último capítulo de una temporada llena de frustraciones y fracasos para los de Manchester. El equipo cayó en la tanda de penales tras un partido en el que siguió la tónica de toda la campaña, juego previsible, una defensa frágil en balones parados y una preocupante falta de confianza en ataque. Desde la llegada de Amorim en noviembre, los resultados han sido decepcionantes: 10 derrotas en 24 partidos, seis de ellas en Old Trafford, y 14º en la liga inglesa, que, de mantenerse, sería la peor del club desde su descenso en 1974.
En medio de esta crisis, el propio Amorim ha puesto en duda su continuidad. “No sé si voy a estar aquí, pero el club va a volver y va a ganar en el futuro”, declaró a Sky Sports en la previa del encuentro de este jueves. El técnico ha insistido en que el proyecto es a largo plazo, pero también reconoce que cuando los resultados no llegan, las decisiones pueden cambiar. Su contrato se extiende hasta 2027, pero en este momento, su futuro es una incógnita, sobretodo por el apartado de los resultados.
Unos Reds Devils diezmados con bajas clave
El Manchester United afronta este duelo con un plantel mermado por las lesiones. A la larga lista de bajas, que ya incluía a Lisandro Martínez, Amad, Luke Shaw, Mason Mount, Jonny Evans, Altay Bayindir y Kobbie Mainoo, se sumaron Harry Maguire y Manuel Ugarte, quienes sufrieron molestias en la derrota ante Fulham y no viajaron a San Sebastián.
Ante tantas ausencias, Amorim ha convocado solo a 18 jugadores, pese a que la UEFA permite hasta 23 en el día de partido. Entre ellos, destacan los juveniles Harry Amass (17 años) y Ayden Heaven (17 años), mientras que en la portería estarán los suplentes Dermot Mee (22) y Elyh Harrison (19). La falta de alternativas obliga a los rojos a una alineación sin margen para cambios importantes. Con todo esto nos podemos imaginar que el portugués pare sobre el césped a los siguientes jugadores: Onana; De Ligt, Lindelof, Yoro; Dalot, Ugarte, Casemiro, Dorgu; Garnacho, Fernandes; Zirkzee.
Un vestuario desconectado y un Manchester united sin identidad
Desde su llegada, Amorim ha intentado imponer su estilo basado en la disciplina táctica y la intensidad, pero la respuesta de los jugadores no ha sido la esperada. En muchos momentos, el equipo luce perdido y sin convicción en el plan de juego. Tras la victoria ante Ipswich Town, Bruno Fernandes reconoció que el plantel a veces duda de la estrategia en el campo. Y en un gesto llamativo, en el descanso del partido ante el Everton, el técnico ex Sporting de Lisboa optó por una charla corta y directa, dejando el vestuario para caminar en solitario por los pasillos de Goodison Park.
The holders are out 😲
— Emirates FA Cup (@EmiratesFACup) March 2, 2025
Bernd Leno is the shootout hero for @FulhamFC!#EmiratesFACup pic.twitter.com/1mICZ5tphe
La desconexión también se refleja, obvio, en el rendimiento. El United ha encajado 13 goles de córner en la temporada, más que cualquier otro equipo inglés. Eso sumado a que su ataque es una sombra de lo que se espera. Rasmus Højlund lleva 18 partidos sin marcar, y el equipo sufre para generar ocasiones claras. La falta de confianza es evidente y Amorim lo ha admitido: “A veces es más un problema mental que táctico. Perdemos un gol y nos desconectamos”.
El futuro de Amorim y de varios jugadores podría depender del resultado en esta Europa League. Más allá del prestigio deportivo, la competición es vital para el club a nivel económico. De no clasificar a la Champions League, el United perdería al menos 10 millones de libras anuales en su contrato con Adidas. Además vería una caída drástica en ingresos por televisión y taquilla. Sin embargo, el entrenador sigue firme en su idea de reconstrucción: “Ganar un título ahora no es lo más importante, sino cambiar la mentalidad. Pero sé que, sin victorias, eso es difícil de explicar”.
El Manchester United juega en San Sebastián con la presión al máximo. Un mal resultado podría sellar el destino de Amorim y dejar a los ‘Red Devils‘ en la nada misma. Para el técnico portugués y sus jugadores, esta es la última oportunidad de darle sentido a la temporada.