¿Quién es German Cano?
Germán Cano no es simplemente un delantero más en la historia de Fluminense, es el símbolo de una época dorada. Desde su llegada al club en 2022, el proveniente de Argentina no ha parado de convertir goles, así ganándose el corazón de los hinchas. Su aura goleadora, su ética de trabajo y su conexión con la hinchada lo convirtió rápidamente en ídolo del Tricolor. Sin embargo, fue un año lugo de su llegada cuando su figura alcanzó otra dimensión: el “matador” fue clave en la conquista de la Copa Libertadores 2024, el título que Fluminense había perseguido durante toda su historia.
Con un total de 13 goles en esa edición de la Gloria -incluyéndo un doblete fundamental en la semifinal contra Internacional- Cano fue el máximo gleador y una de las grandes figuras de la campaña. Más allá de los números, se convirtió en el referente ofensivo de un equipo que logró combinar fútbol vistoso con solidez táctica. Su manera de entenderse con Jhon Arias, Ganso y Keno fue vital para el funcionamiento del equipo de Fernando Diniz.

Germán Cano festeja un gol con Fluminense / Vía Instagram @fluminensefc
El camino al Mundial
Esta conquista le abrió las puertas a otro escenario soñado: el Mundial de Clubes. Ahí, Cano se plantó con la misma actitud que lo caracteriza desde que arribó al fútbol brasileño: humildad, determinación, egocentrismo argentino y, por sobre todo, hambre de gol. En la semifinal contra Al Ahly, su presencia y calidad fue clave para abrir espacios y generar peligro constante. Sin embargo, el gran desafío llegaría en la final ante Manchester City, un duelo de estilos entre en Dinizismo y el poderío europeo. Aunque Fluminense cayó, Cano demostró que puede competir al más alto nivel. Su entrega, capacidad para presionar y su instinto en el área fueron el reflejo de un equipo que dejó todo.
De Argentina al mundo…
A los 36 años, el delantero formado en Lanús y con pasos por Colombia y México vive su mejor momento profesional. En Fluminense encontró un lugar donde su estilo directo y olfato goleador se potenciaron. No necesita mucho para convertir: un mal despeje, una pelota suelta en el área, un segundo de duda. Cano siempre está atento para lucirse. Y cuando marca no solo grita gol, grita una historia de perseverancia y redención.
Para los Tricolores, Cano no es solo el goleador del equipo. Es un símbolo de fe y entrega. Un argentino que se volvió carioca a fuerza de goles. Sobre todo, es el hombre que llevó a Fluminense a lo más alto del continente, y sueña con llevarlo a lo más alto del mundo.