“Lo importante no es cómo empiezas el partido, sino cómo acabas”, declaró Robert Lewandowski tras la remontada por 2-4 al Atlético de Madrid. Pero lo cierto es que estas no son simples declaraciones de un jugador tras el encuentro. Son una declaración de intenciones y también el vivo ejemplo de la mentalidad con la que el Barça ha afrontado sus partidos en esta temporada. Y los hechos lo han dejado claro. El Barcelona se convirtió en el primer equipo en la historia que remonta dos goles de desventaja para ganarle al Atleti de Simeone.
Ayer el FC Barcelona se sintió perjudicado por el arbitraje en el segundo gol del Atlético de Madrid. Pedri e Íñigo Martínez le pidieron desesperadamente a de Burgos Bengoetxea que el tanto rojiblanco debía ser anulado por una mano al inicio de la jugada de Rodrigo De Paul. La indignación en los azulgranas era palpable. Justamente en ese momento los de Hansi Flick no se vinieron abajo. Se despertó el espíritu matador de los jugadores. Apareció un Barça con desparpajo, con hambre, con personalidad.
El Barça con todo en contra juega mejor
Íñigo Martínez lideró una jugada en conducción para arrebatarle la sonrisa a los colchoneros. Pura muestra de garra y de liderazgo. Superó a varios defensas y le dejó un pase a Lewandowski para descontar en el marcador tan solo un minuto después del gol de Sorloth.
Así tiró el Barça con puro descaro para poder remontar el partido. Precisamente, el autor del tercer gol de los blaugranas, Lamine Yamal, lo explica muy bien: “De la rabia, la impotencia de que no nos salían las cosas. Hemos dado lo mejor que hemos tenido”. La constante es la misma. No son meras palabras. Es un relato del encuentro en la voz de sus protagonistas.
Lamine sufrió durante todo el encuentro. La defensa férrea de Reinildo lo obligó a intentar de todo. Y prácticamente todo lo que probó acabó en éxitos para el defensor mozambiqueño. Aun así, el astro del Barça siguió encarando, amagando y probando desde fuera. Hasta que, sobre el final, un golpe de suerte provocado por la búsqueda asidua de ella le dio la alegría a Lamine Yamal. Justamente su disparo fue desviado en Reinildo y el ‘19’ pudo darle la victoria a los suyos.
Por todo esto, Hansi Flick se mostró orgulloso de los suyos tras la disputa: “Después de vernos 2-0, teníamos que demostrar nuestra mentalidad; y no nos hemos rendido. Estoy feliz por el equipo, por el club y por los fans. Hemos demostrado una gran actitud y por eso nos hemos llevado el partido”.
Es normal y a su vez complicado que un encuentro pueda darse una remontada. Pero es que el Barça ya acumula varias memorables en este inicio de 2025. No se vinieron abajo tras el gol de Mbappé y apalizaron al Real Madrid en la Supercopa. Se animaron tras la adversidad que sufrieron contra el Benfica y cerraron un 4-5 de película en Lisboa. Y en la Copa del Rey también pudieron reponerse a un 0-2 inicial ante el Atlético de Madrid.
No es raro que el Barcelona juegue bien y domine a sus rivales. Más bien, lo que es noticiable es cuando ha pasado lo contrario. Pero a lo largo de estos último 10 años en los que los azulgranas han seguido cosechando títulos, siempre han necesitado de una gran solvencia para poder imponerse a sus rivales. Y en los momentos importantes, muchas veces, el equipo se apagaba. Ni hablar de cuando estaban por detrás en el marcador. Todo eso propició que equipos plagados de estrellas protagonizasen episodios negros en la historia del Barça. Desde las remontadas sufridas en Roma y Liverpool, hasta la goleada ante el Bayern en Portugal.
El equipo de Flick tiene menos estrellas que entonces. También cuenta con jugadores menos experimentados. Pero el de ahora tiene mucha más hambre. Muchas más ganas de volver a la cumbre europea, de devolver al Barcelona a la gloria. Y esa hambre se ha visto constantemente saciada por los obstáculos que el Barça ha superado poco a poco. Lo que ha generado que este equipo entre en estado de gracia. Que se encuentre con una confianza peligrosa para poder remar a contracorriente. Porque este equipo ha demostrado que, en los días en los que no acompañen el acierto, las piernas y la suerte, siempre pueden tirar de la resiliencia, del corazón y del alma que no se avistaba desde hace más de una década.
