Juventus y Manchester City: sus historias en los mundiales

La Vecchia Signora, con dos Intercontinentales ganadas, y el City, reciente campeón del mundo bajo la batuta de Guardiola, quieren volver a reinar el mundo
Los jugadores del Manchester City celebrando sus títulos

Cuando la Juventus y el City se midan en el Grupo G del Mundial de Clubes 2025, el duelo no será solo un cruce entre dos pesos pesados del fútbol europeo actual. Será también un encuentro entre dos instituciones que, aunque desde trayectorias muy distintas, han conocido la cima del mundo y llevan consigo la memoria de hazañas que marcaron época.

Para la Vecchia Signora, el torneo trae consigo el aroma inconfundible de las grandes gestas. La Juventus fue pionera en estas citas intercontinentales, campeón en la final de 1985 en Tokio ante Argentinos Juniors, en una noche inolvidable que muchos aún consideran la mejor final de la historia del torneo. Volvería a levantar el trofeo en 1996 frente a River Plate, aunque años más tarde una polémica por dopaje pondría una sombra sobre aquella conquista. Y, mucho antes, en 1973, caería con honor ante Independiente, víctima del ingenio y la picardía de un joven Ricardo Bochini.

El Manchester City, en cambio, tiene una historia mucho más reciente. Su primera y única participación fue en 2023, tras consagrarse campeón de Europa por primera vez. En Arabia Saudí, el equipo de Pep Guardiola arrasó con todo: 3-0 a Urawa Reds en semifinales y un apabullante 4-0 al Fluminense en la final. Julián Álvarez marcó un doblete y los celestes alzaron su primer título mundial, sellando una temporada perfecta con Guardiola convirtiéndose en el entrenador más laureado en la historia del certamen.

Aquel diciembre de 2023, los de Manchester alcanzaron el techo del fútbol de clubes. Y ahora, en suelo estadounidense, busca volver a reinar. Enfrente, la Juventus. Más antigua, más curtida, con cicatrices y gloria a partes iguales.

La primera final intercontinental de Juventus, en 1973, fue también su más inesperada derrota. En una edición atípica, con Ajax ausente y partido único en Roma por pedido expreso de los italianos, el Rojo de Avellaneda escribió una de las páginas más poéticas del fútbol argentino. Un golazo de Ricardo Bochini a los 80 minutos sentenció la historia. Pared con Bertoni, balón picado ante Zoff, y el primer título mundial para Independiente. Los italianos, que llegaba como subcampeón de Europa, no encontró respuestas ante un equipo humilde pero con identidad clara, que tejió una hazaña entre el frío de Italia y la calidez eterna de la memoria futbolera.

Si alguna vez hubo justicia en una derrota, fue esta. Argentinos Juniors, campeón de América, llevó al límite a la Juventus de Michel Platini en la que muchos consideran la mejor final intercontinental de todos los tiempos. El 2-2 del tiempo reglamentario, con goles de Ereros y Castro para el ‘Bicho’, y Platini y Laudrup para la Vecchia Signora, se resolvió en los penales. Los de Yúdica erraron dos, y el equipo de Trapattoni se consagró en Tokio. Sin embargo, el reconocimiento fue argentino, por propuesta de la FIFA, esta final quedó como símbolo de la grandeza del juego.

Quizá la más polémica de todas. En 1996, Juventus venció a River con un gol solitario de Alessandro Del Piero. Pero los años revelarían sombras. En 2005, la justicia italiana condenó al jefe médico del club por uso sistemático de EPO en ese periodo, y en 2013, un informe científico confirmó que esa Juventus jugó dopada. Aquel equipo de Zidane, Deschamps, Montero y Boksic llegó a Japón con ventaja física que los millonarios nunca pudieron igualar. El penal no sancionado sobre Ortega y un golpe de Del Piero que pasó desapercibido acrecentaron la sensación de injusticia. A pesar del gol agónico, el recuerdo de esa final está manchado por la duda.

Manchester City no necesitó tres oportunidades. En su debut en el Mundial de Clubes, en la última edición con formato tradicional, el equipo de Pep Guardiola demolió a Fluminense con una actuación avasallante. Julián Álvarez marcó a los 40 segundos y selló la goleada con otro tanto sobre el final. Nino, en contra, y Foden completaron el 4-0. Sin Haaland ni De Bruyne, los Citizens fueron una sinfonía colectiva. Guardiola conquistaba su cuarto título mundial como entrenador, y superaba a Ancelotti, aunque luego el italiano ganaría al año siguiente. Así los ingleses cerraron un ciclo perfecto para el club, de la Champions a la cima del mundo en solo seis meses.

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