A veces, los partidos que parecen de trámite terminan escribiendo capítulos más importantes que muchas finales. El Barça visitó Zorrilla con la mente en Europa, pero consiguió tres puntos de campeón. Los de Flick siguen comprometidos en una Liga que exige firmeza en cada jornada. Aunque el once inicial de Flick era un mosaico de rotaciones, promesas y minutos controlados, la historia de este 1-2 ante el Valladolid dejó tres puntos de campeón, de los que valen ligas.
El gol inicial de Iván Sánchez, en el minuto 6, encendió las alarmas en un equipo que arrancó desconectado y con exceso de cálculo. El retorno de Ter Stegen, tras siete meses de ausencia, no empezó con fortuna: el desvío del disparo lo pilló en mal pie y la zaga no estuvo mejor. Pero entonces, tras una primera parte cuesta arriba en todos los sentidos con la lesión de Dani Rodríguez como golpe emocional. La segunda mitad activó otra versión del Barça.
Raphinha agitó el ataque con su electricidad brasileña, y firmó el empate a los pocos minutos de pisar el césped. Luego, en el minuto 60, Fermín López apareció como un mediapunta clásico: llegada desde segunda línea, disparo seco con el alma, y balón a la red. Celebró con rabia, con sentido. Y con ese gol, el Barça amarró un triunfo tan necesario como difícil. El campeonato sigue en juego, y también la fe, y con tres puntos de campeón.
Dani Rodríguez, un estreno entre lágrimas y promesas
Era su momento. Su nombre en el once inicial era una declaración de confianza por parte de Flick. Dani Rodríguez debutaba con el primer equipo tras una larga espera y mucho trabajo en la sombra. Y durante casi 40 minutos, dejó destellos de verticalidad, decisión y ese tipo de descaro que solo tienen los que aún no tienen miedo.
Pero el destino le jugó una mala pasada. En una pugna en banda, cayó mal y se lesionó el hombro. Salió entre lágrimas, sabiendo que este debut soñado se había convertido en prueba de carácter. Tras el partido, Flick fue claro:
“Estoy triste por Dani. Ya venía de otra lesión, pero ha mostrado lo que veo cada semana en los entrenos: actitud y verticalidad. Lo tendré en cuenta para el futuro.”
Esas palabras valen más que muchos minutos. Porque este no fue su único partido: fue solo el primero.
Sobre la lesión de Dani Rodríguez ℹ️ https://t.co/bIWSHmSozw
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Raphinha, chispa de partido grande
Su figura crece desde el banquillo. Raphinha no necesita 90 minutos para cambiar un partido, necesita solo el momento justo. En Zorrilla volvió a ser ese jugador diferencial que rompe líneas, da vértigo por banda y saca goles cuando más se necesitan.
Entró tras el descanso, como quien prende una mecha. Y al minuto 54 cazó un balón suelto en el área para poner el empate con instinto de goleador. Su aportación fue más allá del gol: conducciones incisivas, presencia constante y liderazgo ofensivo sin aspavientos. Raphinha llegó al Barça para esto, y Zorrilla volvió a confirmarlo.
Los tres puntos se vienen para casa pic.twitter.com/jXxSzItL1p
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Con la victoria, el equipo de Flick sigue firme en la cima, sin margen de error, pero con juventud, talento y carácter para pelear. Fermín pone la firma, Raphinha el ritmo, y Dani Rodríguez, pese al revés, se lleva el bautismo de fuego.